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    La salud de su hijo y la intolerancia a la lactosa

    Updated at March 29th, 2022

    ¿Tiene su hijo retortijones o diarrea después de tomarse un vaso de leche o un helado? De ser así, es posible que el niño sea intolerante a la lactosa.

    La intolerancia a la lactosa puede provocarle a su hijo muchas molestias, pero unos pequeños cambios en la dieta del niño pueden aliviar el problema.

    Lo invitamos a seguir leyendo para saber qué es la intolerancia a la lactosa y cómo ayudarle a su hijo a vivir con la misma.

    ¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

    La intolerancia a la lactosa se presenta en aquellas personas que no pueden digerir la lactosa. La lactosa es el azúcar que se encuentra en la leche y en otros productos lácteos, como el helado y los quesos blandos. La gente intolerante a la lactosa no produce suficiente lactasa, una enzima natural elaborada por el tracto intestinal que se encarga de digerir la lactosa. Cuando no hay suficiente lactasa, el organismo no digiere la lactosa ingerida y ésta permanece en los intestinos causando gas, inflamación estomacal, retortijones y diarrea.

    Muchos padres confunden los términos intolerancia a la lactosa y alergia a la leche. Aunque pueden tener algunos síntomas en común, son trastornos completamente distintos. La intolerancia a la lactosa es un problema digestivo, mientras que la alergia a la leche involucra al sistema inmunológico. Hay pruebas para detectar tanto la alergia a la leche como la intolerancia a la lactosa.

    Intolerancia a la lactosa de carácter temporal

    Es muy raro que un bebé nazca con intolerancia a la lactosa. Sin embargo, después de una racha de diarrea intensa que puede afectar temporalmente la habilidad del organismo de producir lactasa, un bebé grande o un niño mayor puede tener dificultades para digerir la leche durante un lapso de una a dos semanas. El tomar leche o comer ciertos productos lácteos puede resultar en los síntomas comunes de la intolerancia a la lactosa y provocar aún más diarrea.

    Si su hijo (mayor de un año de edad) quiere leche y tiene estos síntomas, déle únicamente leche baja o libre de lactosa por un espacio de una a dos semanas. El yogurt y los quesos añejos por lo general son más fáciles de digerir porque al elaborarlos se desintegra la lactosa.

    ¿Quiénes sufren de intolerancia a la lactosa?

    De 30 a 50 millones de personas en los Estados Unidos sufren de intolerancia a la lactosa. Si su hijo padece de este trastorno, usted podría empezar a percibir los síntomas cuando el niño empiece a ir a la escuela o durante los años de la adolescencia.

    Una de las causas de la intolerancia a la lactosa es genética. Algunos grupos étnicos son más propensos a este tipo de trastorno. Alrededor del 90% de los estadounidenses de origen asiático, 80% de los afroamericanos, 62% a 100% de los nativos de Norteamérica, 53% de los estadounidenses de origen mexicano y 15% de las personas de ascendencia de Europa del norte son intolerantes a la lactosa.

    La intolerancia a la lactosa también se puede presentar en personas que sufren de alguna enfermedad que afecte al intestino delgado, como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn.

    ¿Cuáles son los síntomas?

    Entre los síntomas comunes de la intolerancia a la lactosa figuran los siguientes:

    • Retortijones
    • Inflamación estomacal
    • Gases
    • Diarrea
    • Náuseas

    Estos síntomas suelen comenzar aproximadamente de media hora a dos horas después de haber ingerido alimentos que contienen lactosa.

    ¿Cómo saber si mi hijo sufre de intolerancia a la lactosa?

    Una de las formas de saber si su hijo tiene dificultad para digerir la lactosa es retirar todos los productos lácteos de la dieta del niño por dos semanas y ver si los síntomas desaparecen. Luego de dos semanas, vuelva a darle poco a poco pequeñas cantidades al día de productos lácteos para ver si los síntomas reaparecen.

    Puesto que muchos productos no lácteos y platos preparados contienen lactosa, puede ser difícil eliminar todos estos alimentos de la dieta del niño. (Véase “Otros alimentos que pueden contener lactosa”.)

    Si cree que su hijo es intolerante a la lactosa, hable con su pediatra. Es posible que se le tengan que practicar unos exámenes. El examen más común para detectar la intolerancia a la lactosa es la prueba de lactosa en el aliento, también conocida como prueba del hidrógeno. Esta prueba mide los niveles de hidrógeno en el aliento después de que el paciente haya ingerido una solución de lactosa. Normalmente, en la respiración de una persona se hallan sólo niveles bajos de hidrógeno. Sin embargo, cuando la lactosa no se digiere, se fermenta en el intestino y produce hidrógeno, el cual a su vez es exhalado a través de los pulmones.

    Es posible que el pediatra refiera al niño a un especialista. De ser necesario, el especialista puede medir la lactasa y otras enzimas de una muestra del intestino delgado. La muestra se suele obtener durante una endoscopia diagnóstica. Este procedimiento les permite a los médicos ver el interior de los intestinos y obtener muestras de tejido.

    ¿Qué tipos de cambios pueden ayudarle a mi hijo?

    La intolerancia a la lactosa no tiene cura. Sin embargo, si su hijo padece de este trastorno, ciertos cambios en su alimentación pueden favorecerle mucho. Usted puede ayudar a decidir qué cambios son los más propicios para su hijo.

    • Mediante ensayo y error. Con el tiempo su hijo aprenderá, mediante ensayo y error, cuánta leche o productos lácteos puede tolerar. Los niños pequeños que sufren de intolerancia a la lactosa deben abstenerse de cualquier alimento que contenga lactosa. Entre estos alimentos figuran la leche, el helado y los quesos blandos, tales como el requesón, el queso americano y el queso mozzarella. Los niños mayores por lo general pueden comer pequeñas cantidades de alimentos que contengan lactosa, particularmente si se comen como parte de una comida y no solos. Muchos niños pueden seguir comiendo yogurt y quesos añejados, tales como el suizo, el “cheddar” o de papa y el parmesano.
    • Pastillas de lactasa sin receta médica. Déle a su hijo una pastilla de lactasa antes de cada comida. Esto podría ayudarle a digerir los alimentos que contienen lactosa.
    • Productos sin lactosa o bajos en lactosa.

    Ofrézcale a su hijo leche y productos lácteos libres o bajos en lactosa. La leche con poca lactosa retiene todos los ingredientes de la leche regular y se puede guardar en la nevera por el mismo tiempo.

    Otros alimentos que pueden contener lactosa

    Usted y su hijo deben volverse expertos en distinguir aquellos productos que contienen lactosa al leer las etiquetas de los alimentos. Los siguientes términos pueden indicar que un alimento contiene lactosa:

    • Suero (“whey”)
    • Cuajada o requesón
    • Productos residuales de la leche
    • Sólidos secos de origen lacteo
    • Leche en polvo baja en grasa

    La lactosa puede estar presente en muchos productos no lácteos y comidas preparadas. Si su hijo tiene muy poca tolerancia a la lactosa, es posible que sea sensible a los siguientes alimentos que podrían contener lactosa:

    • Pan, productos de repostería
    • Cereales y bebidas para el desayuno
    • Papas y sopas de preparación instantánea
    • Margarina
    • Carnes frías (excluyendo las carnes tipo kosher)
    • Aderezos para ensalada
    • Caramelos, dulces
    • Bocadillos
    • Mezclas en polvo para “pancakes”, panecillos y galletas
    • Crema en polvo para el café
    • Crema batida no láctea para ponerla encima de frutas y postres

    Otras fuentes de calcio

    En los pocos casos en que se deben evitar la leche y absolutamente todos los productos lácteos, es importante que el niño obtenga otras fuentes de calcio. Entre los alimentos ricos en calcio figuran los siguientes:

    • Bróculi
    • Frijoles pintos
    • Batatas o camotes
    • Nabos
    • Col rizada
    • Lechugas de color verde intenso como espinaca y kale
    • Pescados enlatados con espinas, tales como sardinas, salmón y atún
    • Tofú (queso de soya)
    • Naranjas
    • Jugos enriquecidos con calcio

    Si su hijo no está obteniendo la cantidad diaria de calcio que se recomienda (véase la tabla), el pediatra podría recomendarle un suplemento de calcio.

    Grupo de edad

    Cantidad diaria de calcio recomendada

    1 a 3 años 

    500 mg 

    4 a 8 años 

    800 mg 

    9 a 18 años 

    1,300 mg 

    Recuerde

    La intolerancia a la lactosa no tiene por qué convertirse en un tormento para su hijo. Hay muchas opciones para los niños que sufren de este trastorno. Hable con su pediatra acerca de los productos o cambios en la dieta que puedan ser los más propicios para su hijo.

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