Cuando su hijo está enfermo o herido, lo primero que se le viene a la cabeza es: "¿Qué puedo hacer para que se mejore?". Ningún padre ni madre quiere que su hijo sufra. Entonces, ¿cómo decidir qué medicamentos darle o qué tratamientos probar?
Además de su pediatra, ¿en qué otras fuentes puede confiar? La publicidad en televisión y en revistas afirman que hay productos que ayudan y sanan. Los sitios web afirman tener información "de vanguardia" sobre la salud. Los programas de televisión y los periódicos informan sobre los estudios "más recientes" que muestran cuáles tratamientos funcionan y cuáles no. Uno de los desafíos de la paternidad es revisar toda la información disponible sobre la salud infantil. Algunas fuentes son confiables y otras cuestionables.
Aquí se incluye información de la American Academy of Pediatrics acerca del lenguaje de la publicidad, la buena ciencia, el cuestionamiento de las fuentes y la evaluación de nuevos tratamientos o medicamentos.
El lenguaje de la publicidad
Los publicistas intentan, de varias maneras, hacerle comprar los productos que venden. Es probable que usen determinadas palabras o frases para despertar su interés, como p. ej.:
- “El producto n.° 1 recomendado por los pediatras” o “Recomendado por los médicos”
Estos son términos de marketing que intentan hacerle comprar un producto. Si bien es probable que el producto sea recomendado por un grupo de médicos, lo que los publicistas no le dicen es cuántos médicos lo recomiendan o hace cuánto tiempo que se hizo esa recomendación. Pueden ser 5 o 100 médicos encuestados hace 10 años.
- “Diseño patentado”
La mención de la patente implica que el fabricante o el inventor de un producto ha demostrado ante el gobierno que fue el primero en crear el producto. A cambio, el gobierno le otorga una patente y dice que solo el titular de la patente puede fabricar o vender el producto durante determinado tiempo. Una patente no necesariamente significa que el producto sea el mejor, que sea seguro o que funcione.
- “Clínicamente comprobado”
Esta frase significa que el producto fue probado en pacientes como parte de un estudio para ver si funcionaba. Hay muchas maneras de llevar estudios adelante. No obstante, si las personas que hacen el estudio no siguen estrictas normas científicas para la investigación, los resultados del estudio no serán concluyentes.
Buena ciencia
Los estudios científicos requieren de una planificación minuciosa. Los investigadores tienen que seguir determinados procedimientos y procesos específicos. Para ser considerados científicamente verosímiles, los estudios deben seguir determinadas normas entre las que se incluyen las siguientes:
- Las pruebas deben llevarse a cabo bajo condiciones sumamente controladas. Los investigadores tienen que asegurarse de controlar los factores que podrían afectar los resultados. Por ejemplo, si los investigadores quieren saber cómo afecta a un niño un medicamento, tienen que asegurarse de que ese niño no esté tomando ningún otro medicamento a la misma vez.
- Los investigadores deben determinar cuántas personas hay que incluir en el estudio. El tamaño del estudio varía según el tipo de estudio y la cantidad de personas necesarias para demostrar un efecto.
- El grupo de personas que recibe tratamiento debe compararse con un grupo de control para probar realmente si el tratamiento tiene algún efecto. Un grupo de control no recibe el tratamiento nuevo sino que se le administra un placebo (píldora de azúcar) o un tratamiento alternativo.
- Los buenos estudios clínicos deben reproducirse. Esto quiere decir que otros investigadores tienen que poder hacer el mismo estudio usando distintos sujetos y obtener resultados similares. Sabemos que podemos confiar en los hallazgos cuando hay distintos estudios que llegan a las mismas conclusiones.
- Los estudios bien hechos y con solidez científica deben someterse a una revisión científica externa. Esto significa que otros expertos en la materia de estudio deben revisar cada estudio y asegurarse de que se haya cumplido con todos los estándares científicos correspondientes.
Cuestione sus fuentes
Al evaluar una fuente es importante hacerse las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es la fuente?
En general, las fuentes en las que puede confiar incluyen facultades de medicina acreditadas, agencias gubernamentales, asociaciones médicas profesionales y organizaciones especializadas en trastornos o enfermedades específicas reconocidas. No obstante, no confíe basándose solo en el nombre de la organización: haga su propia investigación. Las últimas 3 letras de la dirección de un sitio web pueden decirle qué tipo de organización o empresa creó ese sitio.
- .gov—Los sitios del gobierno a menudo ofrecen gran cantidad de información para el público general.
- .org—Los sitios web de organizaciones sin fines de lucro pueden contener información útil. No obstante, no todas las organizaciones publican material confiable. Busque información en sitios web de organizaciones sin fines de lucro de las que haya escuchado hablar y tengan buena reputación.
- .edu—Los sitios web académicos o vinculados con la educación pueden tener material educativo para padres.
- .com—Los sitios web comerciales suelen estar diseñados para vender algo. No son necesariamente una fuente de información confiable.
- ¿Quién es el experto?
Los médicos o investigadores a quienes se entrevista pueden sonar como expertos, pero ¿cuáles son sus credenciales? ¿Qué competencia y experiencia tienen? Puede que sean médicos, pero ¿son expertos en el asunto en particular que se está tratando? ¿Hay conflictos de intereses? ¿Están trabajando para una empresa que podría beneficiarse del respaldo de estos "expertos"? ¿Les están pagando por dar su respaldo a un producto? Si es así, esto podría influir sobre la información que estos expertos elijan compartir.
- ¿Cuáles son los hechos?
Conozca la diferencia entre hallazgos preliminares y confirmados: un hallazgo "innovador" podría parecer prometedor pero todavía es preciso reproducir el proceso y revisarlo en el transcurso del tiempo. No deje que un titular le haga pensar que "nuevo estudio" es lo mismo que "demostrado". Otra advertencia: "nuevo" no significa mejorado. A veces, los medicamentos más nuevos no son mejores que los anteriores y cuestan mucho más.
Evaluación de nuevos tratamientos o medicamentos
Cuando encuentre un nuevo tratamiento o medicamento, hágase las siguientes preguntas:
- ¿Funcionará para mi hijo?
Sospeche si la información que describe el tratamiento o medicamento:
- Afirma funcionar para todos.
- Utiliza una historia sobre la experiencia de una persona o testimonios como prueba de que funciona.
- Menciona solo un estudio como prueba.
- Menciona a un estudio sin grupo de control (comparación).
- ¿Qué tan seguro es?
Sospeche si el tratamiento o medicamento:
- Viene sin instrucciones para el uso adecuado.
- No incluye una lista de contenidos o ingredientes.
- No tiene información ni advertencias sobre efectos secundarios.
- Se describe como "inocuo" o "natural". Recuerde: la mayoría de los medicamentos se elaboran a partir de fuentes naturales. Un tratamiento "natural" no necesariamente funciona y, lo que es peor, de hecho podría ser perjudicial para su hijo. Ser "natural" no necesariamente significa que sea bueno o seguro.
- No está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA).
- Aparece en un infomercial.
- ¿Cómo se promueve?
Sospeche si la publicidad del tratamiento o medicamento:
- Dice estar basado en una fórmula secreta.
- Dice funcionar de manera inmediata y permanente.
- Dice ser un descubrimiento "milagroso" o "sorprendente".
- Dice ser una "cura".
- Indica estar disponible de una única fuente.
Recuerde
Internet puede ser una fuente valiosa de información médica y consejos, pero no puede confiar en todo lo que lee. Además, Internet es fuente de muchas teorías y opiniones relacionadas con la salud que no se han comprobado.
Para obtener información confiable sobre salud infantil, visite www.aap.org y www.HealthyChildren.org.
Disclaimer
La información que se incluye en esta publicación no se debe usar como reemplazo de la asistencia médica y los consejos de su pediatra. Es posible que existan variaciones en el tratamiento que su pediatra pueda recomendar de acuerdo con los hechos y circunstancias individuales.
Spanish translation of Medicine and the Media: How to Make Sense of the Messages
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